Contra editoriales fantasma y tarifas indignas

    17 de abril, 2019

Hace ya tres años que nació la idea de reivindicar – una vez más y por enésima vez – el valor de nuestra profesión a través de este artículo. La verdad es que dos años dan para mucha reflexión e investigación: de mercado, de la situación laboral actual, de la falta de ofertas de traducción dedicadas especialmente a traductores que se han formato académicamente y profesionalmente, de las múltiples ofertas de trabajo para traductores y de lo mal que nos pintan el patio. Esta vez, hemos querido crear un artículo de crítica reflexiva, algo tan necesario en estas fechas… No por tener la Semana Santa pisándonos los talones, sino por analizar el mercado en el que nos encontramos. ¿Seguimos?

Hace varios años – y en una galaxia no muy lejana porque fue en Barcelona – me ofrecieron trabajo de secretaria de dirección y traductora, así a la vez. Además, querían enchufarme las tareas del departamento de atención al cliente internacional porque «tú sabes idiomas y eres buena en esas cosas». El sueldito, muy justo como es de imaginar; las tareas, multicolor y a todo gas. La verdad es que el talento de ciertas empresas a aprovecharse de las personas es asombroso. Claro está que el recibir un salario estable a fin de mes es el deseo de muchos de nosotros pero me pregunto ¿y a qué precio?

Hace unos días, salía a la luz el famoso caso de la casa editorial Malpaso y Cía que lejos de pagar a los autores de las obras que publica tampoco paga a sus traductores, porque ¿para qué? He aquí algunos ejemplos del caso que recupero en forma de tuits porque no podría haberlo dicho mejor:

O esta otra opinión que reivindica más de lo mismo:

Ahora, vuelve a salir a flote el problema de las tarifas de los actores de doblaje, toda una aventura. Cito literalmente el artículo de El País donde se habla de «sueldos mileuristas en películas que recaudan millones de euros». Además, se ofrece entre 50 y 300 euros por ceder los derechos de tu voz para todo tipo de merchandising derivado de la película lo me parece no fuera de lugar sino triste (y no quiero excederme con otros adjetivos peyorativos porque llegaríamos a la misma conclusión).

Hace cuatro años, salía a flote un artículo de un periodista poco documentado que se encaraba con lo mal que se traducen las películas dobladas en español y lo mal que hacemos nuestro trabajo los traductores. Varios compañeros se pusieron de pie para reivindicar – con uñas y garras – nuestra labor en el universo de la traducción audiovisual. Son, literalmente, «cosas que pasan cuando no se sabe de traducción y se escribe sobre ello«.

Y lo que pretendo con este breve artículo de reflexión es haceros una pregunta: ¿qué podemos hacer que esté en nuestras manos para reivindicar: 1) el reconocimiento de nuestra profesión; 2) un sueldo y unas tarifas dignas; 3) un castigo ejemplar a los que se saltan los contratos porque sí?

Muchos me diréis que cuando empecé el artículo hablándoos de una «galaxia no muy lejana» me quedé perdida por esas tierras. Quizás alguien me diga que vivo en un mundo paralelo por querer poner «un poco de orden». Otros me dirán que es culpa de la política. Hay quién dirá que no hay solución. En fin, que a gustos colores. Por eso, yo desde aquí como humilde autora de este blog y de este breve artículo – que por algún motivo seguís leyendo – denuncio a la figura de la «secretaria traductora»: la que es traductora y realiza tareas de secretaria obligatoriamente o a la pobre que siendo secretaria y teniendo conocimientos de inglés (francés, italiano o la lengua que más os guste) realiza traducciones «profesionales» para su jefe. Esto no debería ser así y tanto el jefe como la secretaria lo saben. Denuncio a editoriales que desaparecen como fantasmas a la hora de la verdad: no pagan, no cumplen con sus contratos y no se preocupan. Denuncio a los interlocutores de los llamados majors, incluidas Warner o Universal, por el talento a aprovecharse de profesionales del doblaje y pagarles tarifas horrendas e indignantes. Mi denuncia caerá en el olvido tan pronto como perdáis de vista el artículo, pero por lo menos habrá conseguido algo: hacer ruido. ¿Alguien quiere unirse y hacer aún más ruido?

Autora

Olga Jeczmyk

Translator-Interpreter, Social Media Queen, Marketer & PhD survivor

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2 respuestas

    1. Avatar de Olga Jeczmyk

      Hola, Olatz:

      gracias por compartir estos enlaces tan útiles.

      Saludos,
      Olga

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