¿Qué opinan los estudiantes de traducción de su carrera? Entrevista a Marina Acién

    26 de julio, 2020

¿Nos hemos parado a pensar qué opinan los estudiantes de traducción sobre su carrera? ¿Nos interesa su opinión y sus inquietudes? ¿Por qué nunca les damos voz?

Esta es la primera de una serie de entrevistas que se han hecho a varios estudiantes de traducción de 4º curso que están por acabar (o justo han acabado) la carrera de traducción e interpretación. Nos interesa conocer su opinión sobre la carrera, sobre su experiencia a lo largo de estos últimos cuatro años así como lo que les ha faltado y lo que les ha sobrado. En esta primera entrevista a Marina Acién encontraréis todos estos detalles y algunos más. ¡Buena lectura!

 

¿Cómo te llamas y cuál es tu formación universitaria?

Mi nombre es Marina Acién Martín. Estoy terminando el grado en Traducción e Interpretación por francés en la Universidad de Granada.

 

¿Qué es lo que más te ha gustado durante el grado de TEI y por qué?

Además de haber entrado en contacto con nuevas lenguas que, hasta ahora, nunca me había planteado aprender, me ha gustado adquirir habilidades que me permiten comunicar culturas. La labor del traductor es muy poderosa; el lenguaje tiene resortes y matices que parecen nimios a simple vista pero que, usados en condiciones, contribuyen a que algunas traducciones lleguen a ser mejores que su texto origen. Además, es un grado que da bastante versatilidad; sé que muchos de mis compañeros van a tomar caminos de posgrado que no están directamente relacionados con la traducción, pero a los que pueden acceder gracias a haber estudiado esta carrera que no solo ofrece formación en idiomas, sino que, además, goza de cierto prestigio.

Han sido cuatro años con momentos duros y muchas dudas, pero ahora, a punto de terminar, puedo afirmar que me gusta lo que he estudiado y quiero dedicarme a ello en un futuro próximo. Traducir me parece una actividad muy bonita y enriquecedora.

 

¿Qué es lo que menos te ha gustado y por qué?

La falta de contacto con el mercado laboral real durante la carrera. En la Universidad de Granada, este año hemos realizado por primera vez un proyecto de investigación en el que teníamos que entrevistar a profesionales del ámbito que más nos llamara dentro de la traducción. De no haber sido por eso, probablemente ahora mismo yo no tendría ni la más remota idea de en qué consiste el proceso desde que una obra extranjera entra a la editorial hasta que se publica, o no sabría cómo hacen los traductores autónomos para estar en contacto y darse a conocer. Ha sido una actividad introducida en una asignatura concreta, y agradezco bastante haberla realizado, porque así he tenido “excusa” para molestar a compañeros veteranos, que han compartido conmigo sus experiencias y me han aclarado muchísimas dudas.

Dejando a un lado ese proyecto, que ha sido algo novedoso y excepcional, la carrera es muy teórica y académica. No faltan los trabajos, encargos y actividades, pero sí que escasea la variedad en cuanto a tipologías textuales reales que se dan en el día a día de un traductor autónomo.

 

¿Crees que hay aspectos/asignaturas que podrían haberse tratado con más atención? ¿Puedes darnos más detalles?

Hay varias. En primer lugar, creo que ciertas Lenguas C requerirían más carga lectiva que otras debido a su dificultad o distancia respecto al español. Un ejemplo es el chino. Este año tuve la suerte de cursarlo unos meses como optativa y, además de descubrir una lengua preciosa que pienso aprender como pasatiempo en un futuro próximo, me he dado cuenta de que los alumnos lo tienen mucho más difícil para adquirir nivel suficiente que en portugués o italiano, por ejemplo, cuando las asignaturas de Traducción de Lengua C comienzan en tercer año para todos los idiomas, sin excepción.

Lo que estoy diciendo es una percepción a simple vista y muy global; no soy experta en enseñanza de traducción, pero esto que cuento es mi experiencia sumada a la de muchos compañeros. Tampoco sé cómo podría solucionarse, y desconozco las ventajas e inconvenientes de diversificar aún más los itinerarios.

También encuentro que hay un enorme desequilibrio entre los créditos de traducción y los de interpretación. Sin haberme interesado nunca esta última rama como posible futuro profesional, creo que dos asignaturas en toda la carrera es muy poco.

Por otro lado, la asignatura Documentación Aplicada a la Traducción lleva años impartiéndose en el primer curso de carrera, lo cual considero un error. Ese año de adaptación, los alumnos todavía no tienen muy claro si van a continuar el grado siquiera, y mucho menos saben para qué puede servirles una materia entera de encontrar y citar recursos bibliográficos. Generación tras generación se muere de hastío en esas clases, y no depende del profesor ni de la asignatura, sino del momento en el que se cursa, bajo mi punto de vista. La gran mayoría de los alumnos, tras aprobar Documentación sin saber muy bien cómo, llegan a las asignaturas de traducción en tercer curso y entienden por qué tendrían que haber prestado atención en esas clases tan aburridas que se pasaron mirando Twitter. Insisto en que no considero que sea culpa de los alumnos; creo que, si la asignatura se cursara en el primer cuatrimestre de tercero, los estudiantes sabrían aplicarla desde ese preciso momento, cuando ya están haciendo sus pinitos con traducciones y van adquiriendo poco a poco las nociones de búsqueda y descarte de fuentes bibliográficas.

 

¿Tienes claro lo que quieres hacer cuando te gradúes?

No mucho, la verdad. Mi plan ideal era terminar el grado este mes de junio y entrar en el máster en Traducción Literaria de la Universidad Complutense de Madrid, pero a causa de un problema administrativo he tenido que postergar mi Trabajo de Fin de Grado hasta la convocatoria especial de noviembre. Sin grado no hay máster, así que lo más probable es que me intente integrar en el mercado laboral a partir del verano. Es un poco pronto y no estaba mentalizada para esto cuando comencé el curso, pero las cosas pasan así, sin predicción ninguna. Lo más probable es que me mude a Madrid, donde reside mi pareja y están casi todas las oportunidades laborales presenciales. No tengo un horizonte demasiado claro, pero estoy abierta a muchas posibilidades, y espero poder hacer algo con mi carrera mientras termino mi TFG, que estoy redactando ya.

 

La información que se recibe en las facultades de TEI es bastante genérica y trata de ayudar a sus estudiantes a entender cómo moverse en el futuro mundo laboral. ¿Consultas otras fuentes para seguir formándote y aprendiendo?

Sí. Además del bendito proyecto que ya he mencionado en la pregunta 3, tengo cuentas en LinkedIn y Twitter. Esta última la utilizo con un tono desenfadado y personal, pero la creé expresamente para estar al día con lo que pasa entre los traductores veteranos y los estudiantes de posgrado. Además, me gustaría afiliarme a alguna de las asociaciones de traductores de España, como ACE Traductores. La falta de experiencia es un círculo vicioso que dificulta el integrarse en el mercado de la traducción, pero hago lo que puedo por aprender de los profesionales que tengo alrededor.

 

Nos interesa en especial el ámbito del marketing, la comunicación y la creación de tu marca personal. ¿Crees que estos aspectos se trabajan suficientemente durante el grado o habría que crear asignaturas o talleres destinados especialmente a ello?

No se trabaja en la carrera, pero honestamente, no sé cómo podría hacerse. Yo me abrí perfiles centrados en mí como traductora en las redes sociales gracias a haber entrevistado a editores y traductores para el proyecto de la carrera; me hablaron tanto de la importancia de no aislarse y de conocer a otros colegas, que decidí que era un buen momento para empezar a hacerlo yo.

Lo que sí se lleva haciendo varios años, supongo que, en casi todas las universidades, son las Jornadas de Orientación Profesional. Cada año vienen diferentes ponentes, pero entre las distintas charlas siempre hay algún traductor autónomo, si no varios, que habla de la autopromoción.

 

¿Qué opinas de las redes sociales y los blogs de traducción? ¿Has recibido alguna formación de estos ámbitos durante tu grado?

Como decía antes, cuando realmente se nos ha hablado de estos temas ha sido en los talleres de orientación profesional que se realizan cada año. Es una actividad voluntaria en la que no todo el mundo participa, ya sea por falta de tiempo o por simple desinterés, pero no veo de qué otra forma puede haber motivo justificado para que traductores vengan a contarnos su experiencia y a responder nuestras (numerosas) dudas. Ignoro cuánto dinero se invierte y cuánto se les paga a dichos profesionales, pero ellos son quienes nos pueden dar esa información de primera mano y completa actualidad. Los profesores de universidad, si bien muchos realizan o han realizado trabajos de traducción, dedican la mayor parte de su labor profesional a la docencia y la investigación, por lo que no todos están tan al día en tema de redes sociales.

Valoro mucho los conocimientos que he adquirido en la facultad y he tenido profesores de todo tipo, entre ellos gente muy competente, pero creo que la universidad es un ámbito sumamente endogámico en el que no siempre se refleja la realidad profesional de los traductores que viven únicamente de su trabajo como autónomos.

 

¿Crees que la situación actual en la que nos encontramos a causa de la COVID-19 va a influir en tus futuras decisiones laborales? ¿Lo percibes más bien como una ventaja o una desventaja?

Creo que, como todo el mundo, soy bastante pesimista respecto al futuro tras el estado de alarma. No digo tras la pandemia, porque todavía nos queda convivir con la enfermedad un tiempo hasta que se resuelva el tema de la vacuna, y presiento que la nueva normalidad se va a hacer dura. Antes de que se desatara este apocalipsis zombi, mi intención era acabar el curso y solicitar programas de prácticas en traducción o, incluso, algún trabajo viable que se me presentase en lo que ya imaginaba sería una larga y desesperante búsqueda. Ahora, sin embargo, no sé ni por dónde empezar a buscar.

Lo veo, sin duda, como una desventaja; si bien mi sector se caracteriza por su flexibilidad y versatilidad en lo que a teletrabajo se refiere, la crisis nos va a afectar a todos en distinta medida. Tengo ganas de que todo esto pase, pero no sé cuándo será eso.

 

¿Sigues algún canal, blog, traductor/a, webinars o podcasts en particular? ¿Puedes explicarnos en qué te ayudan y por qué los recomendarías a otros compañeros?

Este curso he tenido poco tiempo para indagar en YouTube, pero en Twitter he encontrado a gente muy capaz cuyos perfiles me ayudan bastante a saber cómo funciona este mundo.

Pilar Ramírez Tello (@pramireztello), la traductora de Los Juegos del Hambre y Divergente, me concedió el honor de una entrevista para aquel proyecto de la facultad que comenté antes. Además de muy activa en Twitter, fue muy amable conmigo y la considero muy buena traductora. Es un gusto leerla todos los días.

Caso similar es el de Scheherezade Surià (@Scheherezade_SL). A ella no he tenido el placer de entrevistarla, pero la sigo en Twitter desde hace tiempo. Su labor de difusión del trabajo traductor me ayuda mucho a comprender qué se puede esperar de este mundo.

Estas dos mujeres tan increíbles aportan puntos de vista muy valiosos y respaldados por la experiencia, ya sea con sus propias publicaciones o a través de sus retweets. Además, gracias a sus perfiles he dado con otros, como Sofía Barker (@PitiFlusi), Blanca Rodríguez (@bandarrita) y Laura López Armas (@lauratraduccion). Esta última, a su vez, ha estado haciendo directos en Instagram en los que entrevistaba a otros traductores veteranos últimamente. Digamos que voy ampliando la red de referentes, y así contrasto experiencias.

Gracias a Marina por haber compartido con nosotros su experiencia y su tiempo. ¡Mucha suerte  para todos tus proyectos!

Autora

Olga Jeczmyk

Translator-Interpreter, Social Media Queen, Marketer & PhD survivor

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