Como en cada ámbito y especialidad, en el extenso sector de la traducción e interpretación hay de todo. ¿Y qué significa eso? Pues significa que cuando uno se pone a buscar trabajo de lo suyo, de traducción, interpretación o por ejemplo de proofreading se topará con mejores y peores ofertas, oportunidades que se espera y otras que le asombrarán.
Ya para empezar hay que destacar y tener muy en cuenta que el 90% (o más) de empresas que buscan a especialistas de nuestro sector no saben diferenciar a un traductor de un intérprete. ¿Cuántas veces hemos visto que buscan a alguien para «traducción simultánea» o le hacen traducir a un intérprete? En mi cruzada personal y particular seguiré luchando para que los pocos a los que les llegue mi mensaje lleguen también a entender, o por lo menos lo intenten, y aprendan que la traducción y la interpretación no se meten en el mismo saco. Para continuar, quisiera destacar un aspecto más que fundamental en el día a día de estos especialistas: las tarifas. Me seguiré preguntando ¿por qué este sector está tan infravalorado? Sí, ya sé que muchos de vosotros me diréis que se trata de una pregunta retórica pero me gusta analizar y pretendo entender. De hecho, todos tenemos derecho a entender, no sólo yo (siento mucho no poder evitar el acento en la «o»). ¿Y que todo esto parece utopía pura y dura? Señores, todos tenemos derecho a opinar y a expresarnos, y creo que si no se intenta no se logra. Ya en su día alguien más sabio que yo dijo «querer es poder y poder es querer». ¡Apliquémoslo!
De acuerdo, después de una introducción con un toque ligeramente revolucionario he aquí algunos ejemplos. Perdonadme si no los describo pero dícese que una imagen vale más que mil palabras (por muchas tarifas light que podamos aplicarle a las palabras en cuestión amigos…). Así pues, mirad, leed, pensad, opinad, alucinad, criticad, escribid, difundid, hablad:
Si esto te salta a la vista, no te pierdas los requisitos del «ofertón»:
También he encontrado este otro anuncio con unas tarifas de lo más escandalosas. Cobrando lo que ofrecen llegaré a fin de mes en unos 2 o 3 años. O quizás algo más…
No me considero un «as» de la traducción ni de la interpretación pero sí una profesional con unas tarifas mínimas y sentido común. Seguiré sin entender por qué a un cerrajero que trabaja para abrirnos la puerta de casa atascada a las 2 de la mañana no se le niegan los 250€ de su trabajo y a un traductor que trabaja pasadas las 2 de la mañana sí que no se tiene escrúpulos en decirle que «no» a su tarifa. Son los llamados «misterios de la vida», esos que a simple vista son unas auténticas estafas, unas barbaridades y un robo a mano armada a plena luz del día. Así que amigos y amigas, traductores e intérpretes, correctores y especialistas de este sector no aceptéis encargos ni trabajos por debajo de una frontera. Al trabajar por menos estáis perjudicando a un sector entero, no sólo a vosotros mismos. A veces es mejor perder para ganar y lo que muchas veces es barato acaba saliendo más caro. Tenedlo en cuenta.
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